domingo, 10 de noviembre de 2013

París: día 1

Hace unas semanas, decidí irme a París durante una semana para descubrirla a fondo. Así que me cogí un vuelo para el día 29 de octubre, hasta el día 4 de noviembre. El vuelo salió a las 7 de la mañana, y, desde Marsella, tenía que coger un bus para que me llevase al aeropuerto. Pero resulta que no había bus hasta casi las 6 de la mañana, y tardaba 30 minutos en llegar y, luego, allí, cerraban las puertas de embarque a las 6:30. Por lo que no podía arriesgarme a irme a esa hora. Así que... tuve que irme el 28, lunes, por la noche, al aeropuerto, y dormir allí, junto con Tato, otro chico español que también se vino a París. Entre lo blanditas que eran las sillas de metal, y las moscas que había... ya os podéis imaginar lo que dormí. Al final acabé en el suelo, tapada todo lo que pude. Pero creo que lo que dormí fueron 2 horas como mucho.



A las 5.30 comenzamos a pasar, y a las 7 ya estábamos en el avión. La última vez (y primera) que viajé en avión, fue hace muchos años, por lo que no pude disfrutar del viaje; pero esta vez sí, me senté al lado de la ventana, y admiré el mundo desde arriba. Qué pequeña me sentí al ver que todo lo que, cada día, para mí era enorme, desde allí arriba, tenía el tamaño de una hormiga. Además, las nubes tenían una pinta esponjosa que daban ganas de comérselas...


A las 8 y algo llegamos a París.... ¡¡¡QUÉ FRÍO!!! Acostumbrada al clima marsellés, al bajar del avión me quedé congelada. Y lo mejor es que sólo me había llevado camisetas cortas porque creía que haría el mismo tiempo (ilusa de mí) y una sudadera (gracias a mi madre), así que me tocó estar toda la semana con la misma sudadera... Menos mal que una amiga española me dejó ropa.


Al llegar a París, preguntando, fui hacia el metro. Y... ¡¡vaya metro!! Es enorme, o, bueno, es normal para una ciudad así de grande, pero también estaba acostumbrada a las dos líneas de metro de Marsella. Pero enseguida aprendí a manejarme. Al llegar, tenía que ir hasta la oficina de Ceci (porque fue la que me acogió y cuidó durante los primeros dos días). Previamente, me indicó qué metros y buses tenía que coger para llegar. Pero lo que ella no sabía es que yo nunca me había manejado por una ciudad tan grande, y estaba asustadilla... Pero, al final, ¡¡logré llegar!! Y me encantó verla tan guapa como siempre y super trajeada y responsable. Le dí mi equipaje para no estar cargada todo el día, y ¡¡¡comenzó mi aventura por París...!!!
Por la mañana fui al museo del Louvre. Bueno, no pasé, pero estuve por ese bonito lugar toda la mañana, y comí allí.


Por la tarde, paseé por el Jardin de Tuileries, que es el que está al lado del Louvre. Y... ¡¡qué bonito!! Me senté en unas sillas que había alrededor de una fuente, y me perdí en el sonido del agua y de las gentes que pasaban por allí... Seguía teniendo frío, pero me sentía abrigada por la ciudad.

Cuando anocheció, Ceci salió de trabajar y nos llamamos, para ir hacia su casa. Oh la là! ¡Qué bonita! Tenía un encanto muy especial, con notitas de sonrisas pegadas en la pared del baño. Y la radio siempre puesta... Y la habitación de Ceci, con el suelo de moqueta (esto me encantó especialmente), y estas lucecitas en la pared...


Y no nos olvidemos de Galopa, que me enamoró...

viernes, 25 de octubre de 2013

Reír

Esta semana ha sido muy entretenida. El lunes ya estaba de nuevo con las pilas puestas y llena de energía, ya me había curado de mi pequeño resfriado.
El martes después de clase fui al Pavillon M, que es un pabellón situado en el vieux port, construido este año por motivo de que Marsella sea la capital europea de la cultura en 2013, así que no sé cuánto tiempo permanecerá ese pabellón. Este edificio es una exposición permanente de pintura, arquitectura y un poquito de la historia de Marsella. Fui allí porque nos habían convocado a un grupo de estudiantes selecto, a las 13h50 para hacernos un tour guiado. Llegué a las 13h40 y estuve esperando hasta las 14h30. No venía nadie. Pregunté y pregunté, y había mucha gente, pero nadie era de la Universidad. Esa misma tarde me enteré de que el tour es el día 22 de octubre: ¡¡no lo especificaron bien en el correo electrónico que nos enviaron!! Así que, ya que estaba allí, pasé. Y me encantó todo.











El viernes, dos chicas españolas me invitaron a un cumpleaños en una de las residencias de La Timone, junto con muchísima gente más, de muchos países (aunque sobre todo, había españoles). Cuando llegué, aquello era una pasada: no os imagináis lo que dio de sí una habitación pequeñísima. Apagaron las luces, pusieron música (española, cómo no), y todo estaba lleno de gente que no paraban de entrar y salir. Hicieron sangría para beber. Me lo pasé genial. Bailé, canté, y reí, sobre todo reí. Al final, acabé a las seis de la mañana cogiendo el metro para casa con una chica argentina, una chica italiana (guapísima, por cierto), un chico italiano y un chico francés. Los conocí esa misma noche, pero era muy simpáticos. Al ser cada uno de un sitio diferente, nos comunicábamos en francés. Aquí dejo una foto de la fiesta, aunque en esta foto no salimos ni el 20% de los que estábamos allí...



Al dormirme tan tarde el viernes (o tan temprano, según cómo se vea), el sábado me levanté a la hora de comer (española). Comí, pero después de comer me volvió a entrar sueño. Así que incentivé una de las cosas típicas de España: la siesta. Por la noche, tuve una fiesta gastronómica en la residencia, en el tercer piso. En esta residencia (y en Marsella en general) hay personas de muchos lugares del mundo (de muchos países), así que decidimos organizar una cena en la que cada uno debía aportar una comida típica de su país. Y... ¡¡qué cena!! Había platos de España, de Francia, de China, de Brasil, de Burkina Faso, y de Madagascar. ¡¡¡Todo estaba riquísísimo!!!



PD: He aprendido que hasard significa "casualidad". Y es que la vida al final es todo pura casualidad. Como dice ella, al final todos estamos improvisando

¡¡¡BESOS Y SONRISAS PARA TODOS!!!

domingo, 13 de octubre de 2013

En cuarentena

El viernes pasé una tarde bonita en el puerto con dos amigos de la residencia, viendo el atardecer y charlando de anécdotas graciosas de nuestra vida; aunque hablábamos en francés, por supuesto, lo cual hacía que me tuvieran que repetir las cosas muy lentamente para poder entenderlas... Todavía no les he pillado el acento a estas gentes del sur...



Y este finde, lo he pasado en cuarentena, metida en casa aislada del mundo, porque estoy malita... ¿Alguien se ofrece a venir a cuidarme? Puedo pagarle con un té calentito y una película debajo de una manta.

PD: He aprendido que villégiature significa "veraneo". Lo he aprendido porque tengo muchas ganas de que llegue el verano... Vale, es broma: lo he aprendido porque esa palabra ha salido en mis apuntes de Plein air, los cuales estoy traduciendo para poder estudiarlos

domingo, 6 de octubre de 2013

Detalles mágicos

El viernes, para comer, fui con una amiga española de "picnic" al mirador del faro, al lado del palais du pharo. Mágica comida. Volveré. Porque, aunque el viento que había era rebelde y hacía que no pudiera ver con claridad el paisaje porque en todo momento mis ojos estaban tapados por mi cabello inquieto, a pesar de eso, me encantó la sensación de sentir ese viento en mi rostro y en mi piel, que a veces se erizaba como cuando alguien me dice Te quiero. Y adoro esa sensación.



El sábado me levanté tempranito para hacer cosas de la casa, y por la tarde, me fui a hacer deporte para liberar mi mente de alguna ligera presión causada por esta aniquiladora distancia. Así que, fui a correr a la playa de Marsella. Jamás he corrido por un sitio tan precioso, tan magnífico. Y es que no es sólo la playa, sino el mar, todo entero, la tranquilidad que transmiten las olas y las gaviotas que vuelan sin un rumbo seguro. Y esa puesta de sol magnífica, ese paseo marítimo increíble, a los pies del mar, con unos acantilados que dan mucho vértigo, pero que te hacen sentir grande porque tienes el mar a tus pies, el mundo a tus pies. Al menos, así me sentí yo.





Después de hacer deporte, cuando aún estaba por allí, decidí caminar y caminar sin mirar el reloj, y, entonces, vi un rinconcito especial que me llamó (o me gritó): eran unas rocas más o menos altas en las que chocaban las olas del mar, en las que rompían todas las preocupaciones de aquel que las escuchase. Y allí, me senté durante un rato a escuchar el mar, las notas de piano de la banda sonora de mis días, y, sobre todo, a escucharme a mí misma.


Cuando estaba adentrada en mis pensamientos -en mi inevitable nostalgia al sentir esa brisa marítima-, vi en el mar a una persona (no supe reconocer si era hombre o mujer) que lo estaba cruzando nadando. En ese momento, sentí unas irremediables ansias de acompañarle en ese tramo, en ese viaje, y de dejarme llevar por el fluir de las olas, que, a su vez, se dejaban llevar por el viento indomable de aquella tarde.
Intenté hacerle una foto, aunque lo único que capté fue un pequeño revoloteo del mar:



Hoy, domingo, he ido a la foire, que es una feria de Marsella. Pero no es de esas ferias típicas españolas, con atracciones y chiringuitos. Esta feria era un tipo de feria cultural, con muchos stands informativos, stands para comprar todo tipo de cosas, de muchas culturas, y restaurantes también multiculturales (también había españoles, con paella). Yo, ya que este año me voy a empapar de esta cultura, me he decidido por la francesa, y me he tomado un crêpe riquísimo.
En la foire, he visto un sitio para comprar pianos. Nunca había visto uno de estos pianos, de cola y blanco. Así que, al verlo y al quedarme completamente evadida del mundo, he pasado allí un rato simplemente mirando esa magnífica obra de arte. La suerte que he tenido es que ha llegado una mujer de a pie, y ha comenzado a tocarlo bellamente. Aunque no era una mujer muy segura de sí misma, porque se ha puesto tan nerviosa, que apenas podía estar más de diez segundos sin equivocarse de tecla, y, por supuesto, sin poder evitar que sus manos temblasen.


Cuando he pasado por un stand en el que vendían telas, el chico que estaba allí, me ha visto, y me ha preguntado mi nombre. Se lo he dicho, y me lo ha bordado en un papel de forma totalmente altruista. Ha quedado precioso, y me ha hecho mucha ilusión. Además, ha puesto mi nombre en francés, lo cual le da mucho más encanto...



Al salir de la foire, me he quedado en el parque que hay al lado, le parc chanot, un parque muy bonito que se caracteriza, como muchos otros parques, por estar transitado por familias de hijos que corren y ríen libremente entre los arbustos y columpios. Me he sentado allí, en un banco, al lado de una mujer mayor, y he comenzado a leer el segundo capítulo del libro que empecé ayer: "Dios vuelve en una harley", escuchando de fondo esas carcajadas tiernas e inocentes de los niños felices.



Al volver a casa, el metro estaba completamente lleno, pero a mí no me importaba. Me gusta mirar las caras de las gentes con las que me cruzo e imaginarme cómo son sus vidas. Y lo mejor es que estaba mirando a una mujer cuyo rostro decía que había sido feliz en algún momento de su vida pero que en este momento ya no lo era. Y nos hemos cruzado la mirada, y, de repente, me ha sonreído, y me he sentido tan bien, que le he devuelto la sonrisa. La suya era una sonrisa cansada, agotada, y rodeada de gente pero en el fondo sintiéndose sola; la mía, sin embargo, era una sonrisa para decirle que volviese a confiar en la vida, porque todavía... queda gente buena.

Y, para despedirme, os invito a un té, porque ahora mismo me estoy tomando uno, y estoy segura de que sabría mucho mejor a vuestro lado.

PD: Hoy he aprendido que pendant que significa "mientras". Porque mientras intentamos sobrevivir, se nos olvidan los detalles más insignificantes y más importantes, que son los que realmente nos hacen vivir


¡¡¡BESOS Y SONRISAS PARA TODOS!!!

viernes, 4 de octubre de 2013

Place de la bière

Viendo las fotos de Marsella de cuando estuvieron aquí mis padres y mi hermano, he visto ésta, y me ha encantado...


miércoles, 2 de octubre de 2013

Perdida en mí

Hoy, mientras estaba en clase, en un momento de desconexión a todo lo demás salvo a mí, he escrito esto:

Parece como si llevara aquí toda una vida. Aunque la verdad es que sólo llevo una hora metida en esta sala inmensa, rodeada de gente que jamás había visto, con la que jamás me había cruzado. Y no siento miedo. Ya no. Lo desconocido que hace un mes me aterraba, hoy ha pasado a ser un elemento más en mi vida cotidiana (en mi vida francesa). Y me gusta. Porque ya no me siento amenazada por ninguna mirada inofensiva (o no). Estoy en clase y estoy tranquila. Sin embargo, no escucho nada. Hace un rato que me he sumergido en mis pensamientos, divagando por mis recuerdos. Y eso es buena señal, ¿no? El hecho de que pueda perderme por mi mente sin preocuparme de estar alerta por si se acerca una posible amenaza... Porque así es como me sentí al llegar aquí: en zona de peligro, en terreno desconocido y pantanoso, y sintiendo algunas miradas acechándome por la espalda, por ser de otro "mundo". Supongo que todos sabéis de esta sensación: cuando te sientes fuera de lugar.
Afortunadamente, ya no tengo esa sensación tan a menudo, sólo a ratos, esos ratos melancólicos que consigo apagar cuando me voy a dormir. Pero hoy, no es el caso:


¡BUENOS DÍAS, MUNDO BELLO!

PD: Hoy he aprendido que courbature significa "agujeta". La he aprendido en mis clases

martes, 1 de octubre de 2013

Cansada, pero feliz

Salut à tous!!!!

El jueves pasado hubo una reunión de estudiantes internacionales, muy cerca de mi residencia, en la que nos juntamos personas de muchísimos países: Francia, España, Italia, Alemania, Argelia, Brasil, Portugal, Argentina, China, Marruecos, México, Colombia... Y fue genial, porque conocí a muchas personas, y la Universidad nos dio la bienvenida de forma muy grata; además, nos tenían preparado este cóctel, del cual yo probé casi todo porque, ya que estoy aquí este año, quiero probar toda la gastronomía que pueda...





La última foto me la hice con Mohamed y  Sali, dos chicos marroquíes muy simpáticos, que conocí aquella tarde.
Después de la reunión, me iba a ir a casa, pero los españoles me propusieron ir a dar una vueltecica al barrio Cours Julien, así que nos fuimos allí a beber y a charlar a una plaza muy cuca. Al volverme a casa, vi un incendio (o los restos de un incendio, es decir, el humo y toda la multitud de gente que se queda rodenado a los bomberos), y no pude evitar acordarme de mi padre.

El viernes por la mañana, me fui a la playa con Jara, que es una chica española que está trabajando aquí, y, ¡¡oh la là!! Qué bonita la playa!! Qué bonitas vistas para ir a relajarse, a escribir, a leer, a correr... La verdad es que me lo pasé muy bien, porque, además, después fuimos a recoger al colegio a los niños que está cuidando, y me encantó el ambiente y ver a tantos pequeños con tanta, tanta energía!!! Me contagiaron las fuerzas.



Por la tarde, me acerqué al Vieux port para ver un FlashMob que sabía que había a las 18,30h, porque durante unos días, allí, hubo varias actividades y stands con mucho tipo de información (por ejemplo, viajes -había compañías españolas también-), y otras cosas. Entré a un stand y salí llena de folletos y papeles, pero sólo para decorar mi habitación... Además, cogí una piruleta de fresa muy rica, jejejejejeje. El FlashMob duró 30minutos más o menos, y me gustó muchísimo; lo grabé, luego os lo enseñaré. Lo especial que tuvo es que la música era en directo: con un piano y varias personas cantando ópera. Magnífico.
Después, vi este panel de pintura en el que la gente, cualquiera, podía escribir lo que quisiera; y cómo no, yo dejé mi pequeña huella... Quien encuentre lo que he escrito, que me lo diga ;)




Después de visitar todo esto, me fui a mi pequeño rincón, en el vieux port, a escribir y a dejarme llevar por la música, por el mar, por la brisa y por mí misma...



El sábado fue un día de relax, porque estuve ordenando y limpiando mi habitación, y por la tarde lo único que hice fue salir a correr por el puerto. Aunque no pude evitar pararme a escribir mientras veía la puesta de sol. 
Escribir, mar, brisa, puesta de sol, gaviotas, música instrumental mezclada con el sonido del choque de las olas con las rocas, sensación de libertad. Fue imposible evitar contener alguna que otra lágrima de buenas sensaciones.

El domingo quedé con algunos españoles para dar una vuelta por el vieux port (no me canso de ir por allí), y pasamos a uno de los stands y nos hicimos una especie de fotogramas en los que te pones delante de una cámara, está te hace muchas fotografías, y luego te dan un pequeño librito con todas las fotografías montadas para pasarlas como si fuese un libro. Ya lo enseñaré.

Ayer, lunes, fui con Thierno al mercadillo de Noailles, al que se accede por una de las calles de La canebière. Es un mercado muy famoso en la ciudad, que se caracteriza por estar todo muy bajo de precio. Lo que más hay es fruta (muy muy barata), aunque también hay carne y pescado, y otras cosas como ropa,  (aunque poca). También hay pizzerías muy baratas (3 pizzas por 10€, por ejemplo).

Y hoy, martes, ha sido un día muy muy largo. Me he levantado a las 6 de la mañana porque he tenido clase de danza, 2 horas de teoría (en las cuales he entendido casi todo lo que decía la profesora, lo que me hace sentirme muy orgullosa de mí misma) y 2 horas de práctica, + clases de tenis, 2 horas de práctica. Hacía años que no jugaba al tenis, y estaba muy asustada por mi nivel, pero al final no ha sido tan catastrófico y caótico como yo esperaba... Todos tienen un nivel muy bueno, pero, al menos, sé defenderme. Y, como me ha dicho el profesor (très gentil), "estás aquí para mejorar poco a poco; así que no te preocupes, porque te dará tiempo a llegar a Roland Garros...". He conocido a varios chicos muy simpáticos y muy comprensivos conmigo, tanto por ser española (por lo que hablaban despacio y me explicaban lo que decía el profesor), como por tener menos nivel de tenis que ellos (contra mí, no jugaban tan "fuerte" como jugaban entre ellos, algo que también me ha hecho sentir un poquito mal por bajarles el nivel, jejejejeje).
Y he llegado a casa a las 17,00h. He merendado y he hecho deporte. Y ahora son las 23,30h, así que estoy agotada, porque he aguantado sin echarme siesta con unas buenas tostadas y un café, cuando he llegado (porque tampoco me ha dado tiempo a comer en condiciones). Aun así, hoy ha sido un gran día. Y es que creo que la clave de ello ha sido el hecho de que, al levantarme y darme cuenta del largo día que me esperaba, lo primero que he hecho ha sido cambiar completamente el rumbo de mis pensamientos y tornarlos a positivos, y decirme a mí misma: "Beatriz, hoy va a ser un gran día". Y me lo he dicho de tal forma, que, al final, me lo he acabado creyendo. Estoy feliz, cansada pero feliz.

PD: Estos días he aprendido muchas cosas, porque en las clases (sobre todo teóricas) se aprenden muchas palabras nuevas. He aprendido que exprimer significa "expresar"; la he aprendido porque esa palabra está muy unida a la danza. Y también he aprendido que tissu significa "tela"; la he aprendido porque quiero comprarme una tela para decorar mi habitación, y, además, porque antiguamente, los bailarines llevaban telas como vestimenta.


¡¡¡BESOS Y SONRISAS A TODOS!!!

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Burocracia y cosas graciosas

Estos días he estado con mucha burocracia; aún sigo con ella y creo que todavía no va a acabar. Pero eso me está haciendo aprender mucho: aprender a soltarme, aprender a buscar sinónimos cuando no sé decir algo, aprender a preguntar cada vez que no entiendo o no sepa cualquier cosa, aprender a organizarme y a organizar mi vida. Ya estoy hecha toda una mujer de provecho.

Anteayer, lunes, salí por la tarde a dar una vuelta por el centro y a comprar unas cosas. Iba por la calle Canebière, y justo al lado de un tiovivo que hay (muy bonito, por cierto), había un hombre haciendo pompas de agua gigantes. De repente, una mujer que iba andando cerca con la mirada al suelo, levantó la mirada hacia el frente y se encontró con una de esas pompas a menos de 20cm de ella. La pobre mujer, con cara de miedo ante la pompa gigante, tuvo que salir corriendo para huir porque si no se chocaba con ella. No pude evitar soltar una carcajada.
Al volver a casa, vi en un cristal de un restaurante el cartel de un anuncio, y me hizo tanta gracia que tuve que hacerle esta foto:



Después fui al metro para preguntar cómo se hacía y qué necesitaba para tener la tarjeta de transporte, y en la cabina de recepción, me tocó a una mujer con cara de pocos amigos. Me pidió mi tarjeta de estudiante y mi DNI, se lo entregué, y me dijo muy asquerosamente algo así como: "TU DOIS ME DONNER UNE PHOTOCOPIE!!!!!!!!". La fulminé con la mirada, y me fui. Porque las cosas se pueden decir siempre de otra forma, ¡hombre!

Así que al día siguiente, ayer martes, fui a la facultad a solucionar unas cosas y a hacer las fotocopias que me pidieron. Cuando las hice, al cobrarme el hombre, entendí que me dijo que eran 4,20€, porque me dijo: "quatre-vignts centimes", y me quedé un poco flipada por el alto precio, pero justo al instante recordé que así es como se dice "80 céntimos.

Hoy, miércoles, he ido a clase por la mañana (tempranito) y me ha sorprendido un frío matinal que no me imaginaba después de ayer pasar calor todo el día con un pantalón largo. Y no llevaba chaqueta (iba en tirantes), pero sí llevaban todos los franceses. Porque ellos sí saben a lo que se enfrentan y yo no recordaba que en Francia (otoño y primavera sobre todo) por la mañana es así (fresquito) y por la tarde es todo lo contrario; podían haberme avisado... ¡¡Qué frío!! Aun así, me gustan las mañanas en Marsella, porque en la puerta del metro hay varias personas repartiendo periódicos gratis (no sé si en todos los sitios grandes es así, yo me he criado en pulgalandia), y eso le da a la ciudad un toque que me gusta (además, creo que me voy a aficionar a leerlos).
Después de eso me ha pasado una cosa un poco vergonzosa, pero que tengo que contar, porque, como me dijo el otro día una morena muy dulce: "tú piensa que quien lo lea, sonreirá al leerlo".
Estaba bajando las escaleras del metro y ya estaba el metro abajo. No quería perderlo, así que eché a correr (todo lo que se puede correr con sandalias y con mochila), y, sí, llegué a tiempo al metro, pero justo en el momento en el que se estaban cerrando las puertas, yo estaba entre medias de ellas. Así que lo que pasó fue que mi cuerpo se quedó dentro del metro (menos mal), y mi mochila fuera, con las puertas cerradas. Os podéis imaginar la situación, yo atascada. Y, sí, podéis reíros, yo también lo he hecho y lo hago cada vez que me acuerdo. Por suerte una chica (casualmente otra chica que también bajó las escaleras corriendo y en la puerta del metro me empujó hacia atrás descaradamente para pasar ella primero y que no le pillasen las puertas) fue la chica que me ayudó a desatascarme; se ve que se sentía mal. Así que a los cinco segundos yo ya estaba completamente dentro del metro, riéndome en silencio. Eso me ha hecho empezar el día con unas cuantas sonrisas. Eso sí: no vuelvo a coger un metro cuando se esté yendo, me esperaré al siguiente.

Después he ido a clase... ¡¡mi primera clase teórica!! ¡¡Qué horror!! Estaba completamente perdida. El profesor se ha pasado todas las dos horas de clase explicando el temario de forma oral; yo, de vez en cuando, entendía palabras y eso me daba pie a formar frases en mis apuntes con un idioma inventado por mí que consistía en frases en francés con alguna que otra palabra en español "entre comillas". También ayudaba que delante de mí hubiese una chica con un ordenador cogiendo apuntes, al cual miraba de vez en cuando para saber qué era lo que había dicho el profesor... jejejejejejje. Al final de la clase, les pedí el Facebook a esta chica y a su amiga, ara no sentirme tan antisocial como me sentía en la clase, y para ver si pueden pasarme los apuntes durante todo el curso. Espero que sean buenas conmigo; al fin y al cabo sólo soy una pobre Erasmus perdida, y el profesor también se ha dado cuenta, porque cuando he ido a presentarme a él terminada la clase, me ha hablado muy lentamente... (algo que agradezco, pero que a la vez me hace gracia).

Al terminar la clase, he cogido el bus para ir a casa. Al llegar al metro (porque para la ruta de mi residencia a mi facultad -y viceversa- tengo que coger bus y metro), he ingresado el dinero anual (230€) en mi tarjeta de transporte (la que hice ayer). Al llegar a la máquina para ingresarlo, estaba todo el tiempo con miedo porque era bastante dinero y todo en efectivo. Así que ahí estaba yo: metiendo billetes y billetes a la máquina, mirando de reojo a todo el mundo por si venía alguien sospechoso a atracarme o a robarme la tarjeta... Pero no me ha pasado nada, tranquilos, ni al dinero tampoco. Creo que me han metido demasiado miedo con esta ciudad (aunque más vale ser precavido).

Por la tarde, he ido a correr al vieux port. Tenía las piernas muy cargadas (porque últimamente olvido estirar después de hacer deporte, y estirar es casi tan importante como el ejercicio en sí), pero a pesar de ello, no me he parado y he hecho el plan que tenía previsto para hoy. Me siento orgullosa de mí misma, ¿vosotros no?
Después de correr, me he parado en estos lugares a escuchar música y descansar...




Al llegar a la residencia, he visto a Thierno en la puerta (un chico de la resi muy simpático con el que me llevo muy bien), y me he parado a hablar con él un momento, y al minuto de estar hablando, me dice (en francés): "¡Bueno, dame dos besos para saludarnos!". Y es que, aquí, en Francia, cada vez que la gente se encuentra por casualidad o porque han quedado, casi siempre se dan dos besos (también entre dos chicos), y lo curioso es que siempre se los dan empezando por el lado izquierdo. Y, yo, acostumbrada a empezar a dar esos dos besos por el lado derecho, a veces, al cruzarnos las caras una persona francesa y yo, casi nos hemos dado un besito en la boca. En ese momento sólo te queda soltar una risilla incómoda-vergonzosa.

Por último decir que al volver a casa después de correr, por la calle, casi me he chocado con una persona por mirar a una chica guapa. No me juzguéis. También hago cosas buenas: ayer ayudé a una señora a bajar el carrito de su hijo por las escaleras del metro, y hoy he cedido mi asiento en el bus a un hombre mayor que me lo ha agradecido con una sonrisa. Mi conciencia altruista hoy ya está tranquila.

PD: Hoy he aprendido que remplir significa "rellenar", porque el otro día fui al banco para que me diesen mi tarjeta bancaria, pero me dijeron que tenía que rellenar unos documentos primero y luego llevarlos. Estos del banco me están volviendo loca, llevo de papeleo con ellos desde que vine.

lunes, 23 de septiembre de 2013

La sensación de estar creciendo espiritualmente

Hoy, de camino a casa en el bus, me he acordado de cuando superé las pruebas físicas para entrar en la facultad de deporte de Toledo: una de las mejores sensaciones de mi vida.
Me he dado cuenta de que muchas de las grandes sensaciones que he vivido, están relacionadas con el deporte. Por eso estudio Ciencias del Deporte. Muchos de vosotros no lo entendéis, no entendéis esta pasión, pero qué puedo deciros: no lo vais a entender hasta que logréis sentir lo que siento yo, lo que sentí tras superar las pruebas después de un largo año entrenando duro y sacrificando muchas cosas; lo que sentí aquel día corriendo cuando la brisa del puerto de Marsella fue como un soplo de aire fresco en mi soledad; lo que sentí cuando las piernas me fallaron, pero aún así no dejé de correr (ahí comprendí que correr no es de cobardes); lo que sentí al comprobar que una de las formas de segregar endorfina es haciendo deporte (y qué forma tan brutal); y lo que sentí al ver que mi creatividad y mis ganas de vivir aumentan cada vez que hago deporte.
Muchos me decís que, como al final no decidí irme a estudiar a Toledo, todo el entrenamiento no sirvió para nada. Pero os equivocáis. Sí sirvió: sirvió para que aprendiera a sacrificar algo por un sueño; sirvió para saber las cosas que eran importantes, y para conocer qué personas estaban a mi lado aun en los momentos difíciles; y sirvió para que aprendiera que lo que importa no es conseguir un sueño, sino luchar por él: es lo que hace que todo tenga sentido. Por eso empecé hace mucho tiempo una lista de cosas para hacer a lo largo de mi vida. Una de ellas era llegar a estudiar Ciencias del Deporte, y no sabéis lo orgullosa que me siento hoy de haberlo conseguido. Aunque algunos aún no lo entendáis.

Y doy gracias, gracias por estar aquí, en esta ciudad, en estos aires franceses, a menudo impregnados de nostalgia, pero casi siempre llenos de magia, la magia que me hace escribir todo esto, y que me asegura que estoy creciendo.

PD: Hoy he aprendido que raquette significa "raqueta", porque... ¡¡SÍ!! Me han puesto en el grupo de Tenis para hacer como asignatura de especialidad. Me encanta. Aunque llevo algún tiempo sin jugar... j'ai peur

domingo, 22 de septiembre de 2013

Me siento fuerte

¡¡Primera semana del plan de entrenamiento cumplida!! Y es que, ¿quién no es capaz de salir a correr por una ciudad tan bella y con esta brisa que endulza los corazones? Así, sí.

PD: Hoy he aprendido que cafard significa "cucaracha", porque hay una plaga en mi piso (eso incluye a mi habitación, aunque de momento sólo he visto dos...). Qué repelús.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Me quedé con ganas

Y es verdad que no debería estar añorando o pensando en que ojalá estuviérais aquí, y aunque sólo fuese por un día, ojalá volviéramos, aquí en Marsella, a esos veranos en los que los reproches estaban de más y sólo existían las casitas para quince personas, en mitad de un pueblo perdido, del norte o del sur (siempre dio igual mientras que hubiera playa) y con más ansias de abrazar que las que quedan ahora.
Sé que lo que debería estar haciendo ahora mismo es poniéndome guapa para salir esta noche a quemar la ciudad. Pero los principios son difíciles, y yo siempre he sido compañera de la nostalgia. Por eso, hoy me quiero emborrachar: me quiero emborrachar de recuerdos, de momentos que tal vez no existieron, pero que, aunque a veces no lo creáis, siempre desearía poder vivirlos con todos y cada uno de vosotros.

Me quedé con ganas de verle crecer; sí, a él que había sido mi amigo durante toda la vida; a él al que prometí unos días bonitos y se me nubló la vista sin darme cuenta. Me quedé con ganas de tomar con él la decisión de que los juegos que solíamos hacer hace ya muchos años, ya no son aptos para mayores de dieciséis.

Me quedé con ganas de tomarme un café con ella hablando despacio y sin llorar; aunque sí nos diera tiempo a hablar de sentimientos, me hubiera gustado haber terminado esa conversación con un abrazo.

Me quedé con ganas de preguntarle por qué aún no había aprendido a vivir (y no a sobrevivir) después de tantos años.

Me quedé con ganas de compartir más experiencias con ella, porque, al fin y al cabo, tenemos una foto, de niñas, donde la risa nos anunciaba que seguiríamos pasando, todos los veranos, días como esos en los que éramos capaces de declarar la mayor guerra de agua del mundo. Pero ahora no sé dónde está esa foto.

Me quedé con ganas de decirle a él que el amor no lo es todo en la vida; ahora me he dado cuenta.

Me quedé con ganas de ayudarle a quererse más a sí misma, porque sin amor propio, cielo, así no se puede vivir; también lo he aprendido ahora.

Me quedé con ganas de darle las gracias por habernos dado tanto; y de decirle que, aunque siempre tenga alguna "crítica constructiva" que decirnos, sé que él está orgulloso de nosotros.

Me quedé con ganas de dedicarle un Te quiero, y reírme de su reacción, porque sé que no está acostumbrada a escuchar esas cosas.

Me quedé con ganas de decir lo siento; pero nunca me atreví, ni siquiera a reconocerlo.

Me quedé con ganas de rememorar con ellos ese verano donde las risas animaban las mañanas de trabajo, y las cenas eran especiales en las noches de planetas y de fútbol.

Y me quedé con ganas de darles las buenas noches de esa forma tan peculiar que yo solía idear solamente para escuchar un Hasta mañana de cada uno de ellos, y así asegurarme de que mañana seguirían estando aquí.


Me quedé con ganas de demostrarles a todos que yo también he crecido, y estoy creciendo. Pero no pasa nada, porque, desde que estoy aquí, estoy acumulando mis momentos inventados para poder vivirlos algún día con todos ellos. Porque, como dice esta célebre frase:
"Nunca es tarde".
Y puede que ahora esté lejos, pero siempre estaré cerca, tan cerca como algún día estuve.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Me quedaría aquí para siempre

Hoy he tenido una de las mejores sensaciones que he sentido en toda mi vida: correr por el puerto marítimo de Marsella, de la mano de esa brisa mágica y única de la costa azul.
Es una sensación que jamás sabría describir completamente, sólo parte de ella. Esa sensación de tener las alas más grandes de todo el Universo y esa sensación de que puedo volar tan alto como yo quiera.
Esta tarde, viendo el atardecer en el horizonte donde se mezclaban el cielo y el mar, esa sensación de inmensa libertad, me ha hecho llorar. Justo entonces, en ese preciso instante en el que todo lo bueno que tengo dentro de mí, estaba gritando con fuerza, en ese momento, me he preguntado a mí misma:
"¿Te das cuenta, Beatriz, hasta dónde has llegado?".

Normalmente, cuando voy sola a algún sitio nuevo o cuando voy a un sitio bello, siempre tengo en mente a una persona, sea quien sea (unas veces una, otras veces otra), deseando que estuviese conmigo para no estar sola o, simplemente, para compartir ese lugar con esa persona; pero, esta tarde, no ha sido así. Esta tarde, me he sentido tan segura de mí misma, que no necesitaba a nadie más para sentirme llena, y capaz.




Quiero guardar esta imagen en mi cabeza, quiero hacer una fotografía con mis ojos y guardarla para siempre en mi memoria. Quiero recordar siempre esta sensación, y recordar cada día por qué vale la pena vivir: por sensaciones como estas, por lugares tan bellos como este. Quiero verme siempre reflejada en ese agua, aunque no aparezca mi rostro en ella, pero teniendo la certeza de que soy como la mar: serena, tranquila, y a la vez, a menudo con tempestad y muchas olas. Pero esa es la magia de la vida.

Hermano, tengo que decirte que ya he encontrado mi rincón en esta ciudad; o, mejor dicho: él me ha encontrado a mí.

PD: Hoy he aprendido que horizon significa "horizonte"

PD2: Hoy me he encontrado un lindo gatito que me ha dado su cariño y me ha ronroneado...

Planes improvisados

Ayer por la tarde estuve de compras por una de las calles que más me gustan de esta bonita ciudad: La canebière. Es una calle principal, repleta siempre de gente (de gentes de todas las culturas), y llena de vida. Me encanta que las cosas estén llenas de vida. Me encantan las culturas y las diferentes formas de sonreír de cada persona: es algo mágico.
Me compré dos tipos de tés: thé vanille, y thé 5 fruits rouges. ¿Alguien quiere? Y también compré esta cajita bonita para meter los tés.


Cuando llegué a casa, me tomé un té de vainilla y una de estas galletitas rellenas de cereza... Sé de una persona a la que le encantarían estas galletas (un chico muy especial al que le vuelven loco los dulces de todo tipo, y más si son franceses). Por eso, en parte, he comprado estas galletas. Él me ha enseñado que cuando estás en un sitio especial y único (y más si no vas a estar allí para siempre), por eso, siempre hay que probar siempre cosas nuevas.


Después, cerca de las 8 de la noche, me propuso una chica ir a tomar algo al vieux port, y otra chica me propuso ir después a una pequeña fiesta en Luminy (donde está mi facultad). Así que me apunté a ambas cosas. He dormido en la residencia de esta última chica, que me ha cuidad y me ha dado de desayunar en una cocina con vistas maravillosas.
Me gustan los planes improvisados.

PD: Hoy he aprendido que haricot significa "judía", porque he comprado y he tenido que buscarlo en el diccionario para saber lo que estaba comprando...

martes, 17 de septiembre de 2013

Gran noche loca

Hoy, martes, ha sido un día tranquilo. He estado en casa, he salido a comprar unas cosas, y he hecho deporte. En principio me iba a ir a la cama prontito. Pero, de repente, a las nueve de la noche, una chica española a la que conocí el otro día, me ha dicho que se iban unas cuantas españolas más a cenar al vieux port, y me he apuntado. Hemos estado cenando en un bar de la calle de la Republique (estaban casi casi todos los bares y restaurantes cerrados, y eran las diez y media de la noche). Hemos cenado, y después nos hemos ido a tomar algo a un pub irlandés del vieux port (que no recuerdo cómo se llamaba). Hemos tomado pastis, que es una bebida típica de Francia con un sabor muy similar al anís español: muy rico. Me lo he pasado muy bien.


Efectos del pastis


Ya eran las 00.30h, y no sabía hasta qué hora estaban los metros, así que bajé al metro para preguntar a alguien hasta qué hora estaban, y justo pregunté a unos jóvenes españoles. Primero les pregunté en francés, pero vieron mi acento y me dijeron: "Eres española? Mucho mejor para comunicarnos...". Y, de repente, vi a un chico que conocía dentro de ese grupo de jóvenes, y me dijeron que si me iba con ellos a tomar algo, así que me apunté sin pensarlo. Y aquí estoy, acabo de llegar a casa y son las 6 de la mañana. Hemos estado en un pub, hasta que han cerrado (hasta las 4 de la noche), donde nos han puesto una super jarra de vodka con retbull (que ha costado 40€ pero que, sorprendentemente, un chico de Uruguay del grupo nos ha invitado), y después hemos ido a la residencia de dos de las chicas de ese grupo. Y me lo he pasado genial. Entre los del grupo, estaba un alemán muy peculiar y muy mono, que hablaba muy bien español: se llama Philippe. Y él se ha venido conmigo al metro, donde cada uno hemos cogido nuestra respectiva línea. Ha sido una gran noche. Ahora me voy a dormir porque mañana tengo que ir a hablar seriamente con mi coordinadora de estudios... J'ai du sommeil.

PD: hoy he aprendido que à tout à l'heure significa "hasta ahora": ¡¡¡lo dicen mucho los franceses!!!

Manual del guerrero de la luz

Hace unos minutos, me ha invadido un espasmo de insatisfacción relacionado con algo que acontece a mi vida en estos momentos. De repente, todo se me ha nublado y me he encontrado en un mundo donde el futuro no existía, no como yo quiero que exista. Entonces, me he acordado del libro que me regaló mi hermano cuando se marchó de Marsella la semana pasada: "Manual del guerrero de la luz", de Paulo Coelho. Es un libro que recoge pequeños textos en cada página, y cada uno de ellos habla de una cosa distinta sobre la vida. Mi hermano me dijo que, cuando no pudiera hablar con él, cada vez que necesitara una luz que me alumbrase en momentos turbios, pensase en eso que me preocupa, y abriese el libro por una página al azar: esa página me daría la respuesta a mis dudas.
La he abierto, y ha salido esto:

El guerrero de la luz se comporta como una criatura.
Las personas se escandalizan: se han olvidado de que una criatura necesita divertirse, jugar, ser un poco irreverente, hacer preguntas inconvenientes e inmaduras, decir tonterías en las que ni siquiera ella misma cree.
Y preguntan horrorizadas: "¿Es eso el camino espiritual? ¡Él no tiene madurez!"
El guerrero se enorgullece del comentario. Y mantiene su contacto con Dios, a través de su inocencia y alegría, sin perder de vista su misión. 

lunes, 16 de septiembre de 2013

A pesar de todo, estoy bien

¡¡¡Hola a todos!!!

Hoy he tenido clase de orientación desde las 13h hasta las 17 (por lo que hoy no me ha dado tiempo a comer en condiciones), y... mon dieu!!! Hemos estado alrededor de tres horas y media (caminando y corriendo) buscando balizas por toooooooooodo el campus universitario de Luminy, con un mapa. Yo iba con un chico francés, y él estaba más perdido que yo... No nos hemos sabido guiar por nuestro mapa porque el campus está rodeado de bosque y caminos llenos de plantas que pican (tengo las piernas con heridas: necesito que alguien venga a cuidarme), y nos hemos ido por sitios rocosos y llenos de tierra. En resumen: comme les chèvres. Eso sí, gracias a que nos hemos perdido, hemos subido a lo más alto del campus (una montaña altísima a la que se va por un camino por el que, por cierto, no teníamos que haber ido), y he descubierto por dónde se va a Les calanques desde mi campus (a quien venga a verme, le llevo):. Había unas vistas preciosas; eran éstas más o menos:


La clase no ha estado mal, pero han sido cuatro horas y se hace muy muy pesado. Además, mis compañeros (a los que ya había visto un día, la semana pasada), me hacen un poco el vacío en clase. Y omo yo no sé entablar una conversación en francés...
Echo mucho de menos hacer bromas utilizando la ironía. Como no entiendo la mayoría de las cosas de las que hablan mis compañeros, y, cuando las entiendo, no sé cómo decir algo, ya no uso casi nada la ironía ni hago bromas. Me frustra.

A la vuelta, en el bus, he conocido a unos españoles muy simpáticos (a los que ya conocía de oídas), y eso me ha animado un poquito, porque ellos sí que hacen un montón de salidas. Así que pronto me apuntaré.

PD: Hoy he aprendido que bon courage significa "¡Ánimo!", porque, cuando estábamos perdidos (mi compañero Remi y yo), hemos preguntado a una pareja que estaba por ahí haciendo senderismo (más bien ha sido él el que ha preguntado), al no haber podido ayudarnos porque probablemente ellos estaban más perdidos que nosotros, cuando hemos seguido nuestro camino, nos han dicho: Bon courage!!


¡¡¡BESOS Y SONRISAS PARA TODOS!!





sábado, 14 de septiembre de 2013

Petit à petit

¡¡¡Hoy por fin he conocido a gente!!!
Resulta que con el internet de la residencia podemos acceder a una página web donde nos aparecen todos los que están usando ese internet (o sea, casi toda la gente de la residencia), y ayer conocí a un chico por ahí, y me dijo que nos conociéramos en persona mejor. ¡¡¡Y es muy simpático!!! No me habla mucho, pero cuando me habla no me entero de nada. Cuando me dice algo, me limito a reírme, como un típico Erasmus completamente perdido.
Hoy le he dicho que podemos quedar todos para conocernos en persona. Así que le he propuesto hacer unos cartelitos y ponerlos en las puertas de los pisos (la puerta que separa las escaleras del pasillo de las habitaciones), para anunciar la quedada de esta tarde-noche. Y ha dicho que es una gran idea, y nos hemos puesto manos a la obra. Hemos tenido que hacer 10 carteles cada uno (porque hay 10 pisos y 2 edificios), e ir piso por piso poniéndolos (lo que ha supuesto tener que subir 20 pisos andando -creo que ya he hecho deporte por hoy-). Y nos hemos reunido a las 20h en la entrada de la residencia. Y ¡¡¡qué simpáticos todos!!! Hemos jugado a mi jungle speed y nos hemos reído mucho. Pero eso sí: tampoco me enteraba de casi nada de lo que hablaban... Y cuando yo hablaba, sé que ellos tampoco lo comprendían genial: ahora sí puedo decir que hablo como los indios. Pero... c'est pas grave!! Poco a poco iré aprendiendo e iré entendiendo más cosas. Y poco a poco también iré conociendo más gente. Estoy contenta.

PD: Hoy he aprendido que en bas significa "abajo", porque un chico del piso 3 me ha preguntado que dónde vivía, le he dicho que en el 2, y ya me ha dicho que si era abajo o en el otro edificio ;)


¡¡¡BESOS Y SONRISAS PARA TODOS!!!

viernes, 13 de septiembre de 2013

De locos

Estos días no he podido escribir, porque he tenido que hacer mucha mucha burocracia.

LUNES
El lunes, ¡¡¡por fin vi mi facultad!! Está un poco alejada del centro, pero forma parte del Campus Luminy, donde hay muchas más facultades y oficinas (también hay residencias), y es precioso: se ve toda la sierra y hay mucha naturaleza. Además, mi facultad, concretamente, es muy bonita, y las dos coordinadoras que me atendieron (Christine y Maria) son simpatiquísimas, muy gentiles conmigo, lo cual agradezco muchísimo, porque estoy muy perdida en cuanto a temas académicos y asignaturas: aún sigo teniendo muchos problemas de convalidación, es lo malo del Erasmus (pero aún así, no lo cambio por nada).





Cuando volvimos, fuimos a mi residencia a recoger a mi madre, que se quedó ordenándome la habitación (muchas gracias mamá). Mi hermano aprovechó para ponerse guapo:



Después de comer, estuvimos toda la tarde haciendo gestiones. A las 19,00h,se supone que tenía un encuentro con más gente Erasmus, allí en el campus. Pero fuimos y allí no había nadie (después de ir, que está a 12km de la ciudad...).


MARTES
Ayer por la mañana, tuvimos que volver a la facultad para solucionar unas cosas de las asignaturas (que no quedaron solucionadas, por cierto). Comimos en casa, y, después, fuimos primero a ver un castillo-palacio (Le Châteu Borely), que está por las afueras de Marsella (por el campo de golf), con unos alrededores muy bonitos.
Justo delante del palacio, había una especie de fuente con unos leones, en la cual había muchos platillos de batería; y dicen que si tiras una moneda de espaldas y pides un deseo, si le das a alguno de ellos (lo sabes porque suena), el deseo se te cumple. Espero que se cumpla.





Después fuimos a ver Les calanques, que es un paraje natural con playas (de agua cristalina), montañas y acantilados, y es precioso, pero cuando fuimos, nos dijeron que el sitio para pasar el coche ya estaba cerrado porque era tarde, y andando se tardaba una hora, así que al final no fuimos porque se haría de noche pronto. Pero ya iré yo.
Para haceros una idea, íbamos a ir a ver esto (las tres primeras fotos; aunque lo que llegamos a ver también fue muy bonito):



















Así que, para aprovechar el tiempo, fuimos a ver la puerta de oriente, una puerta enorme y preciosa que da al mar. Desde allí, sientes lo pequeña que eres y ves lo grande que es el Universo. Grandioso, esa es la palabra. Porque, además, llegamos justo para ver la puesta de sol desde el horizonte. Increíble. Volveré.





MIÉRCOLES
Esa mañana fui a la facultad porque quedé con Thierno, que es un chico que ayuda a los Erasmus, y me ayudó a hacer la inscripción para obtener la cuenta de la facultad y la clave. Fue un proceso largo y un poco complicado, porque hubo muchos momentos en los que no nos entendíamos, pero, al final, lo conseguí: ya tengo ma carte d'étudiant (carné universitario):


Sí, la foto está hecha con una de esas cámaras de ordenador con las que hacen muchos carnés. Y por eso salgo con esa sonrisa de pato, porque no sabía que necesitaban una foto...









Después, a las 12, me reuní con mis dos coordinadoras de relaciones internacionales (Maria y Christine), y con cuatro chicos más Erasmus de mi facultad: uno español, de Granada (lo conocía), y tres alemanes, guapísimos y simpatiquísimos. Me enamoré de dos de ellos. Christine nos invitó a comer a todos, en la zona vip del comedor universitario (donde sólo entra el personal), y comimos de maravilla:
- Primer plato: un plato de rollitos de jamón con queso + ensalada + queso tostado muy muy rico
- Segundo plato: unas verduras (que no sé cómo se llamaban) +  algo raro parecido al cuscús (muy rico también) +  una especie de galleta + un pescado con una salsa muy buena
- Postre: un helado de limón +  un macaron (pastelito típico francés) + un pequeño pastel de frambuesas con una base de hojaldre y crema

Estuvo todo RIQUÍSIMO, pero ya no podía con el postre... Ayer me acosté sin cenar porque no tenía hambre... J'ai eu les dents au fond qui baignent!!!!!!!!!!

Después de la comida, volvimos a la residencia a recoger todo, porque mis padres y mi hermano ya se fueron a España. Me quedé sola con una sensación muy extraña, y de repente se me hizo muy grande la ciudad, y todo. Los echo mucho de menos.






JUEVES
¿DÓNDE ME HE METIDO? Mon dieu!!!!!!!
Hoy he tenido la primera clase: orientación en el medio natural. Me he levantado a las 10,30h porque para ir a mi facultad tengo que coger el metro, hacer trasbordo y coger el bus urbano, y tardo 1h más o menos (aunque hoy me he levantado antes para saber cuánto tardaba).


He tenido clase a las 13,00h así que he pensado: "bueno, terminaré entre las 14-15h más o menos, así que después como". Pero me han timado, porque resulta que era una clase de... ¡¡¡¡4 horas!!! De 13h a 17h!!!!! OH LA LÁ!! Así que he comido a las 5 de la tarde (casi cuando los franceses cenan). Tenía la tarde planeada para salir a comprar unas cosas, pero he llegado a casa a las 18,00h y a esa hora aquí ya está todo cerrado...
La clase ha estado bien. Hemos tenido que buscar balizas por todo el campus universitario (que es enorme; aquí dejo un plano), y hemos tenido que hacerlo corriendo porque el profesor nos cronometraba...



Así que hemos estado más de 2h corriendo y caminando por esos bosques, porque el resto de la clase ha sido teoría. Y, bueno... durante la teoría no me enteraba de mucho, sólo cuando el profesor ponía diapositivas (espero que las ponga siempre). Mis compañeros no han sido muy "amigables" que digamos. Era una clase reducida de unas 15 personas, y había algunos simpáticos, pero no me hablaban mucho. Yo era la oveja negra de la clase. Ellos se lo pierden ;)
Cada vez que yo les hablaba, la mayoría de las veces no me entendían por mi pronunciación (se lo tenía que repetir), y me hacía muchísima gracia, porque TODOS ponen esta cara:



Después, he llegado a la residencia, y aquí estoy, cansadísima. La semana que viene sigo teniendo clases de orientación durante toda la semana (también serán clases de 4h cada día). Aquí el sistema educativo universitario (y también el del instituto) es diferente, porque las asignaturas se dividen por períodos de tiempo cortos. Es decir: hoy y la semana que viene tengo solamente, durante toda la semana, clases de orientación en el medio natural. Terminada esa semana, ya no vuelvo a tener más de esas clases, sino que empiezo a tener de otras. Cada semana daré una asignatura nueva, exclusivamente esa asignatura durante toda la semana .Y está bien cambiar (en cuanto a España), porque así no caigo en la rutina. Sólo espero que todas las clases no sean de 4h diarias y también espero que los profesores y compañeros sean comprensibles y amables con una pobre Erasmus como yo.



PD: Hoy he aprendido que boussole significa "brújula", y que carte, además de "tarjeta", significa también "mapa". Lo he aprendido sin buscarlo en ningún diccionario; he supuesto que significaba eso durante la explicación en clase del profesor de orientación.


¡¡¡BESOS Y SONRISAS PARA TODOS!!!