viernes, 25 de octubre de 2013

Reír

Esta semana ha sido muy entretenida. El lunes ya estaba de nuevo con las pilas puestas y llena de energía, ya me había curado de mi pequeño resfriado.
El martes después de clase fui al Pavillon M, que es un pabellón situado en el vieux port, construido este año por motivo de que Marsella sea la capital europea de la cultura en 2013, así que no sé cuánto tiempo permanecerá ese pabellón. Este edificio es una exposición permanente de pintura, arquitectura y un poquito de la historia de Marsella. Fui allí porque nos habían convocado a un grupo de estudiantes selecto, a las 13h50 para hacernos un tour guiado. Llegué a las 13h40 y estuve esperando hasta las 14h30. No venía nadie. Pregunté y pregunté, y había mucha gente, pero nadie era de la Universidad. Esa misma tarde me enteré de que el tour es el día 22 de octubre: ¡¡no lo especificaron bien en el correo electrónico que nos enviaron!! Así que, ya que estaba allí, pasé. Y me encantó todo.











El viernes, dos chicas españolas me invitaron a un cumpleaños en una de las residencias de La Timone, junto con muchísima gente más, de muchos países (aunque sobre todo, había españoles). Cuando llegué, aquello era una pasada: no os imagináis lo que dio de sí una habitación pequeñísima. Apagaron las luces, pusieron música (española, cómo no), y todo estaba lleno de gente que no paraban de entrar y salir. Hicieron sangría para beber. Me lo pasé genial. Bailé, canté, y reí, sobre todo reí. Al final, acabé a las seis de la mañana cogiendo el metro para casa con una chica argentina, una chica italiana (guapísima, por cierto), un chico italiano y un chico francés. Los conocí esa misma noche, pero era muy simpáticos. Al ser cada uno de un sitio diferente, nos comunicábamos en francés. Aquí dejo una foto de la fiesta, aunque en esta foto no salimos ni el 20% de los que estábamos allí...



Al dormirme tan tarde el viernes (o tan temprano, según cómo se vea), el sábado me levanté a la hora de comer (española). Comí, pero después de comer me volvió a entrar sueño. Así que incentivé una de las cosas típicas de España: la siesta. Por la noche, tuve una fiesta gastronómica en la residencia, en el tercer piso. En esta residencia (y en Marsella en general) hay personas de muchos lugares del mundo (de muchos países), así que decidimos organizar una cena en la que cada uno debía aportar una comida típica de su país. Y... ¡¡qué cena!! Había platos de España, de Francia, de China, de Brasil, de Burkina Faso, y de Madagascar. ¡¡¡Todo estaba riquísísimo!!!



PD: He aprendido que hasard significa "casualidad". Y es que la vida al final es todo pura casualidad. Como dice ella, al final todos estamos improvisando

¡¡¡BESOS Y SONRISAS PARA TODOS!!!

domingo, 13 de octubre de 2013

En cuarentena

El viernes pasé una tarde bonita en el puerto con dos amigos de la residencia, viendo el atardecer y charlando de anécdotas graciosas de nuestra vida; aunque hablábamos en francés, por supuesto, lo cual hacía que me tuvieran que repetir las cosas muy lentamente para poder entenderlas... Todavía no les he pillado el acento a estas gentes del sur...



Y este finde, lo he pasado en cuarentena, metida en casa aislada del mundo, porque estoy malita... ¿Alguien se ofrece a venir a cuidarme? Puedo pagarle con un té calentito y una película debajo de una manta.

PD: He aprendido que villégiature significa "veraneo". Lo he aprendido porque tengo muchas ganas de que llegue el verano... Vale, es broma: lo he aprendido porque esa palabra ha salido en mis apuntes de Plein air, los cuales estoy traduciendo para poder estudiarlos

domingo, 6 de octubre de 2013

Detalles mágicos

El viernes, para comer, fui con una amiga española de "picnic" al mirador del faro, al lado del palais du pharo. Mágica comida. Volveré. Porque, aunque el viento que había era rebelde y hacía que no pudiera ver con claridad el paisaje porque en todo momento mis ojos estaban tapados por mi cabello inquieto, a pesar de eso, me encantó la sensación de sentir ese viento en mi rostro y en mi piel, que a veces se erizaba como cuando alguien me dice Te quiero. Y adoro esa sensación.



El sábado me levanté tempranito para hacer cosas de la casa, y por la tarde, me fui a hacer deporte para liberar mi mente de alguna ligera presión causada por esta aniquiladora distancia. Así que, fui a correr a la playa de Marsella. Jamás he corrido por un sitio tan precioso, tan magnífico. Y es que no es sólo la playa, sino el mar, todo entero, la tranquilidad que transmiten las olas y las gaviotas que vuelan sin un rumbo seguro. Y esa puesta de sol magnífica, ese paseo marítimo increíble, a los pies del mar, con unos acantilados que dan mucho vértigo, pero que te hacen sentir grande porque tienes el mar a tus pies, el mundo a tus pies. Al menos, así me sentí yo.





Después de hacer deporte, cuando aún estaba por allí, decidí caminar y caminar sin mirar el reloj, y, entonces, vi un rinconcito especial que me llamó (o me gritó): eran unas rocas más o menos altas en las que chocaban las olas del mar, en las que rompían todas las preocupaciones de aquel que las escuchase. Y allí, me senté durante un rato a escuchar el mar, las notas de piano de la banda sonora de mis días, y, sobre todo, a escucharme a mí misma.


Cuando estaba adentrada en mis pensamientos -en mi inevitable nostalgia al sentir esa brisa marítima-, vi en el mar a una persona (no supe reconocer si era hombre o mujer) que lo estaba cruzando nadando. En ese momento, sentí unas irremediables ansias de acompañarle en ese tramo, en ese viaje, y de dejarme llevar por el fluir de las olas, que, a su vez, se dejaban llevar por el viento indomable de aquella tarde.
Intenté hacerle una foto, aunque lo único que capté fue un pequeño revoloteo del mar:



Hoy, domingo, he ido a la foire, que es una feria de Marsella. Pero no es de esas ferias típicas españolas, con atracciones y chiringuitos. Esta feria era un tipo de feria cultural, con muchos stands informativos, stands para comprar todo tipo de cosas, de muchas culturas, y restaurantes también multiculturales (también había españoles, con paella). Yo, ya que este año me voy a empapar de esta cultura, me he decidido por la francesa, y me he tomado un crêpe riquísimo.
En la foire, he visto un sitio para comprar pianos. Nunca había visto uno de estos pianos, de cola y blanco. Así que, al verlo y al quedarme completamente evadida del mundo, he pasado allí un rato simplemente mirando esa magnífica obra de arte. La suerte que he tenido es que ha llegado una mujer de a pie, y ha comenzado a tocarlo bellamente. Aunque no era una mujer muy segura de sí misma, porque se ha puesto tan nerviosa, que apenas podía estar más de diez segundos sin equivocarse de tecla, y, por supuesto, sin poder evitar que sus manos temblasen.


Cuando he pasado por un stand en el que vendían telas, el chico que estaba allí, me ha visto, y me ha preguntado mi nombre. Se lo he dicho, y me lo ha bordado en un papel de forma totalmente altruista. Ha quedado precioso, y me ha hecho mucha ilusión. Además, ha puesto mi nombre en francés, lo cual le da mucho más encanto...



Al salir de la foire, me he quedado en el parque que hay al lado, le parc chanot, un parque muy bonito que se caracteriza, como muchos otros parques, por estar transitado por familias de hijos que corren y ríen libremente entre los arbustos y columpios. Me he sentado allí, en un banco, al lado de una mujer mayor, y he comenzado a leer el segundo capítulo del libro que empecé ayer: "Dios vuelve en una harley", escuchando de fondo esas carcajadas tiernas e inocentes de los niños felices.



Al volver a casa, el metro estaba completamente lleno, pero a mí no me importaba. Me gusta mirar las caras de las gentes con las que me cruzo e imaginarme cómo son sus vidas. Y lo mejor es que estaba mirando a una mujer cuyo rostro decía que había sido feliz en algún momento de su vida pero que en este momento ya no lo era. Y nos hemos cruzado la mirada, y, de repente, me ha sonreído, y me he sentido tan bien, que le he devuelto la sonrisa. La suya era una sonrisa cansada, agotada, y rodeada de gente pero en el fondo sintiéndose sola; la mía, sin embargo, era una sonrisa para decirle que volviese a confiar en la vida, porque todavía... queda gente buena.

Y, para despedirme, os invito a un té, porque ahora mismo me estoy tomando uno, y estoy segura de que sabría mucho mejor a vuestro lado.

PD: Hoy he aprendido que pendant que significa "mientras". Porque mientras intentamos sobrevivir, se nos olvidan los detalles más insignificantes y más importantes, que son los que realmente nos hacen vivir


¡¡¡BESOS Y SONRISAS PARA TODOS!!!

viernes, 4 de octubre de 2013

Place de la bière

Viendo las fotos de Marsella de cuando estuvieron aquí mis padres y mi hermano, he visto ésta, y me ha encantado...


miércoles, 2 de octubre de 2013

Perdida en mí

Hoy, mientras estaba en clase, en un momento de desconexión a todo lo demás salvo a mí, he escrito esto:

Parece como si llevara aquí toda una vida. Aunque la verdad es que sólo llevo una hora metida en esta sala inmensa, rodeada de gente que jamás había visto, con la que jamás me había cruzado. Y no siento miedo. Ya no. Lo desconocido que hace un mes me aterraba, hoy ha pasado a ser un elemento más en mi vida cotidiana (en mi vida francesa). Y me gusta. Porque ya no me siento amenazada por ninguna mirada inofensiva (o no). Estoy en clase y estoy tranquila. Sin embargo, no escucho nada. Hace un rato que me he sumergido en mis pensamientos, divagando por mis recuerdos. Y eso es buena señal, ¿no? El hecho de que pueda perderme por mi mente sin preocuparme de estar alerta por si se acerca una posible amenaza... Porque así es como me sentí al llegar aquí: en zona de peligro, en terreno desconocido y pantanoso, y sintiendo algunas miradas acechándome por la espalda, por ser de otro "mundo". Supongo que todos sabéis de esta sensación: cuando te sientes fuera de lugar.
Afortunadamente, ya no tengo esa sensación tan a menudo, sólo a ratos, esos ratos melancólicos que consigo apagar cuando me voy a dormir. Pero hoy, no es el caso:


¡BUENOS DÍAS, MUNDO BELLO!

PD: Hoy he aprendido que courbature significa "agujeta". La he aprendido en mis clases

martes, 1 de octubre de 2013

Cansada, pero feliz

Salut à tous!!!!

El jueves pasado hubo una reunión de estudiantes internacionales, muy cerca de mi residencia, en la que nos juntamos personas de muchísimos países: Francia, España, Italia, Alemania, Argelia, Brasil, Portugal, Argentina, China, Marruecos, México, Colombia... Y fue genial, porque conocí a muchas personas, y la Universidad nos dio la bienvenida de forma muy grata; además, nos tenían preparado este cóctel, del cual yo probé casi todo porque, ya que estoy aquí este año, quiero probar toda la gastronomía que pueda...





La última foto me la hice con Mohamed y  Sali, dos chicos marroquíes muy simpáticos, que conocí aquella tarde.
Después de la reunión, me iba a ir a casa, pero los españoles me propusieron ir a dar una vueltecica al barrio Cours Julien, así que nos fuimos allí a beber y a charlar a una plaza muy cuca. Al volverme a casa, vi un incendio (o los restos de un incendio, es decir, el humo y toda la multitud de gente que se queda rodenado a los bomberos), y no pude evitar acordarme de mi padre.

El viernes por la mañana, me fui a la playa con Jara, que es una chica española que está trabajando aquí, y, ¡¡oh la là!! Qué bonita la playa!! Qué bonitas vistas para ir a relajarse, a escribir, a leer, a correr... La verdad es que me lo pasé muy bien, porque, además, después fuimos a recoger al colegio a los niños que está cuidando, y me encantó el ambiente y ver a tantos pequeños con tanta, tanta energía!!! Me contagiaron las fuerzas.



Por la tarde, me acerqué al Vieux port para ver un FlashMob que sabía que había a las 18,30h, porque durante unos días, allí, hubo varias actividades y stands con mucho tipo de información (por ejemplo, viajes -había compañías españolas también-), y otras cosas. Entré a un stand y salí llena de folletos y papeles, pero sólo para decorar mi habitación... Además, cogí una piruleta de fresa muy rica, jejejejejeje. El FlashMob duró 30minutos más o menos, y me gustó muchísimo; lo grabé, luego os lo enseñaré. Lo especial que tuvo es que la música era en directo: con un piano y varias personas cantando ópera. Magnífico.
Después, vi este panel de pintura en el que la gente, cualquiera, podía escribir lo que quisiera; y cómo no, yo dejé mi pequeña huella... Quien encuentre lo que he escrito, que me lo diga ;)




Después de visitar todo esto, me fui a mi pequeño rincón, en el vieux port, a escribir y a dejarme llevar por la música, por el mar, por la brisa y por mí misma...



El sábado fue un día de relax, porque estuve ordenando y limpiando mi habitación, y por la tarde lo único que hice fue salir a correr por el puerto. Aunque no pude evitar pararme a escribir mientras veía la puesta de sol. 
Escribir, mar, brisa, puesta de sol, gaviotas, música instrumental mezclada con el sonido del choque de las olas con las rocas, sensación de libertad. Fue imposible evitar contener alguna que otra lágrima de buenas sensaciones.

El domingo quedé con algunos españoles para dar una vuelta por el vieux port (no me canso de ir por allí), y pasamos a uno de los stands y nos hicimos una especie de fotogramas en los que te pones delante de una cámara, está te hace muchas fotografías, y luego te dan un pequeño librito con todas las fotografías montadas para pasarlas como si fuese un libro. Ya lo enseñaré.

Ayer, lunes, fui con Thierno al mercadillo de Noailles, al que se accede por una de las calles de La canebière. Es un mercado muy famoso en la ciudad, que se caracteriza por estar todo muy bajo de precio. Lo que más hay es fruta (muy muy barata), aunque también hay carne y pescado, y otras cosas como ropa,  (aunque poca). También hay pizzerías muy baratas (3 pizzas por 10€, por ejemplo).

Y hoy, martes, ha sido un día muy muy largo. Me he levantado a las 6 de la mañana porque he tenido clase de danza, 2 horas de teoría (en las cuales he entendido casi todo lo que decía la profesora, lo que me hace sentirme muy orgullosa de mí misma) y 2 horas de práctica, + clases de tenis, 2 horas de práctica. Hacía años que no jugaba al tenis, y estaba muy asustada por mi nivel, pero al final no ha sido tan catastrófico y caótico como yo esperaba... Todos tienen un nivel muy bueno, pero, al menos, sé defenderme. Y, como me ha dicho el profesor (très gentil), "estás aquí para mejorar poco a poco; así que no te preocupes, porque te dará tiempo a llegar a Roland Garros...". He conocido a varios chicos muy simpáticos y muy comprensivos conmigo, tanto por ser española (por lo que hablaban despacio y me explicaban lo que decía el profesor), como por tener menos nivel de tenis que ellos (contra mí, no jugaban tan "fuerte" como jugaban entre ellos, algo que también me ha hecho sentir un poquito mal por bajarles el nivel, jejejejeje).
Y he llegado a casa a las 17,00h. He merendado y he hecho deporte. Y ahora son las 23,30h, así que estoy agotada, porque he aguantado sin echarme siesta con unas buenas tostadas y un café, cuando he llegado (porque tampoco me ha dado tiempo a comer en condiciones). Aun así, hoy ha sido un gran día. Y es que creo que la clave de ello ha sido el hecho de que, al levantarme y darme cuenta del largo día que me esperaba, lo primero que he hecho ha sido cambiar completamente el rumbo de mis pensamientos y tornarlos a positivos, y decirme a mí misma: "Beatriz, hoy va a ser un gran día". Y me lo he dicho de tal forma, que, al final, me lo he acabado creyendo. Estoy feliz, cansada pero feliz.

PD: Estos días he aprendido muchas cosas, porque en las clases (sobre todo teóricas) se aprenden muchas palabras nuevas. He aprendido que exprimer significa "expresar"; la he aprendido porque esa palabra está muy unida a la danza. Y también he aprendido que tissu significa "tela"; la he aprendido porque quiero comprarme una tela para decorar mi habitación, y, además, porque antiguamente, los bailarines llevaban telas como vestimenta.


¡¡¡BESOS Y SONRISAS A TODOS!!!