Las
verdaderas batallas se libran en el interior. Cada día. Como aquel guerrero que
sabe que rendirse no es perder, sino perderse. Como aquella música que te evocaba
hacia el pasado que una vez dolió, y hoy
sólo te da más fuerza para conseguirlo.
La
conciencia de un ganador no reside en ser el mejor, sino en dar lo mejor cada
día.
La
fuerza de tus huesos no consiste en saber soportar el peso de tu cuerpo, sino
en saber aguantar las cargas de la vida.
La
caída más grande no será nunca no conseguir tu sueño, sino no disfrutar del
viaje hallado.
El
grito final de una meta conseguida no hablará de las cuestas habidas, sino de
las heridas calladas y el silencio aprendido.
La
verdadera fe en uno mismo no se encuentra en ganar una batalla, sino en una
lucha
real
y constante. Como cuando sabes que la
insistencia es la clave del éxito; pero que él existo es un sabor que hay que
olvidar pronto. Porque lo necesario no es conseguir un sueño, sino seguir
soñando.
¡Ya
estás otra vez pensando en el pasado! ¿No ves que sólo existe Aquí y Ahora? Tú
eres este momento, fuera del recuerdo, y fuera del miedo.
No
hacen falta relojes para dominar el tiempo.
No
se trata de ser lo que crees, sino de demostrar lo que sabes, y lo que eres
capaz de hacer.
Es
la hora, pequeña.
Es
la hora de empezar a remar, de cambiar el rumbo, y, con fuerza, quemar las
naves.
Es
hora de dejar de llorar, de dejar de rendirse.
Es
hora de ver el cambio en la evolución; y no la destrucción en ella.
Es
hora de aprender a estar sola.
Es
hora de salir de noche, y volver de día. Como antes.
Es
hora de devolver los bailes que le debes a ella. Y de ver amaneceres a su lado,
al lado también de una botella de sonrisas y ron.
Es
hora de enterrar los miedos, de cerrar las puertas que no llevan a ninguna
parte.
Es
hora de tener valor. De saber que la palabra AMAR es la capitana de la vida. Y
de saber que hay emociones imposibles de etiquetar
Es
hora de buscar la Grandeza, porque sólo existe donde haya alguien intentando
encontrarla.
Es
hora de visitar los lugares que siempre quisiste. Y de probar las cosas prohibidas:
como el amor que huye de la tristeza.
Es
hora de fabricar la ilusión, como un día aprendiste a hacerlo.
Y
también es hora de recordar que en ti se creó la palabra Superación.
Es
hora de empezar a vivir.
Es
hora de empezar a luchar.
Todavía
hay mucho que cambiar.
Beatriz Gómez Santos
Hola! yo voy en septiembre me encantarías saber que tal te va! no se si re volviste en febrero quizas
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